DESCUBRE QUé DICE LA CIENCIA SOBRE LOS MEJILLONES EN LATA

Para poder considerar a algo vermú es casi imprescindible para muchos que incluya aceitunas, patatas fritas o una lata de mejillones. Y es que, las conservas y alimentos enlatados no faltan en las despensas de España porque pueden salvar un vermú o una cena cuando no hay tiempo para cocinar. No obstante, entre la variedad de conservas que hay en el mercado, una de las más populares son los mejillones en lata.

Los mejillones en lata son una fuente de proteínas y tienen más beneficios nutricionales de lo que mucha gente piensa. Eso sí, según la lata que elijas. Lo primero que hay que saber es que los pescados pequeños pueden ser considerados menos nutritivos por su tamaño, pero la Universidad de Harvard ya se ha encargado de desmentir esto. Harvard ha destacado que algunos de ellos son una fuente excelente de proteínas, hierro y ácidos grasos omega 3 saludables para el corazón.

Esta universidad también ha destacado que "es menos probable que los peces pequeños contengan contaminantes como mercurio y bifenilos policlorados (PCB) en comparación con especies grandes".

El mejillón es un molusco cargado de proteínas. Además, es una fuente de selenio, fósforo, hierro, yodo y vitamina B12. En cuanto a las diferentes versiones que nos podemos encontrar en el supermercado son los mejillones en lata al natural y en escabeche. Los mejillones en lata al natural no son muy calóricos, aportan 82 calorías por cada 100 gramos y solo 2,4 gramos de grasa. Mientras que los mejillones de lata en escabeche tienen 165 calorías por ración de 100 gramos y 19 gramos de grasa.

Ahora que conocemos las diferencias, sabemos que se puede disfrutar con más frecuencia de los mejillones de lata al natural y estas son sus propiedades:

Aunque en pequeña cantidad (0,8 miligramos), los mejillones en lata al natural aportan ácidos grasos Omega 3. Además, aportan magnesio, el cual está implicado en más de 600 reacciones musculares, desde la formación del ADN hasta las contracciones musculares.

Por otro lado, los mejillones pueden ayudar a prevenir la osteoporosis, gracias a su aporte de potasio y calcio. Distintos estudios han puesto de manifiesto que una dieta rica en potasio, puede ayudar a prevenir este trastorno, al reducir la cantidad de calcio que el cuerpo pierde a través de la orina.

No hay que olvidar que los mejillones en lata son una fuente de yodo, un mineral muy importante para nuestro metabolismo. El yodo ayuda en la producción de hormonas tiroideas fundamentales para el buen funcionamiento del tiroides.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica los alimentos procesados en tres grupos: los naturales y mínimamente procesados (frutas, verduras, carnes, pescados...); los culinarios (sustancias extraídas de componentes de los alimentos, como grasas, aceites, harinas...); y los procesados (enlatados y conservas, embutidos y ahumados, 'snacks' o refrescos). No obstante, los moluscos en lata, por ejemplo, están cocinados, esterilizados y envasados, pero durante el proceso, si son al natural, no se añaden aditivos ni conservantes. Por tanto, será más recomendable comer mejillones en lata al natural que en escabeche.

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