El consumo de alcohol forma parte de nuestra cultura social. Tanto el vino como la cerveza son de las bebidas preferidas de los españoles.
Una tarde con amigos, un momento para celebrar o salir a conocer algún bar se convierte en la excusa perfecta para beber estas bebidas alcohólicas.
Sin embargo, se sabe bien que su consumo en exceso puede causar efectos negativos en el organismo. Por lo tanto, su ingesta debe ser controlada y únicamente en ocasiones especiales en el caso de no poder quitarla de manera definitiva de la dieta.
Afortunadamente, en la actualidad son cada vez más las personas que toman consciencia sobre sus daños. Sin embargo, existen otras que no toman la magnitud necesaria para entender que se trata de un producto no saludable.
Esto en gran parte se debe a que el alcohol carece de un etiquetado nutricional que brinde información sobre sus calorías e ingredientes que son parte de su fórmula.
Si bien esta etiqueta es obligatoria, a nivel europeo y en España, en todos los alimentos envasados que se pueden adquirir en el supermercado, incluidos los refrescos y aquellas bebidas que tienen hasta 1,2 grados de alcohol, en las bebidas alcohólicas no lo es.
En los pocos casos donde una cerveza, un vino o un licor la posee se debe a una decisión voluntaria del fabricante.
Ante esta falta de etiquetado, una de las preguntas más frecuentes en aquellos que cuidan su alimentación y se interesan por su peso corporal es la siguiente: cuántas calorías tienen dos cervezas o copas de vino.
Pues bien, los expertos en nutrición aseguran que cuanto mayor es la graduación alcohólica de una bebida, más calorías se ingieren. En el caso de dos cervezas o copas de vino se trataría de unas 240 calorías, que equivale a comer dos yogures o dos manzanas.
En este sentido, explican que, por lo general, el aporte calórico se relaciona con la cantidad de alcohol que contiene la bebida.
Además, destacan que en este caso se suele hablar de calorías vacías porque no aporta ningún nutriente al organismo. Una lata de cerveza de 330 mililitros puede contener aproximadamente 150 calorías, mientras que una copa de vino de 150 mililitros tiene unas 130 calorías.
Por lo tanto, la cantidad de calorías es casi similar. El problema se encuentra en que, comúnmente, la cerveza es la que más se toma mientras que una o dos copas de vino son suficientes.
Aunque se piense en sus calorías vacías, las cuales promueven un aumento del peso y aumentan el riesgo de sufrir enfermedades, las bebidas alcohólicas poseen otros componentes que también dañan la salud cerebral según reveló un estudio.
Esta investigación señaló que los daños son mayores cuando el nivel de consumo aumenta y brindaron el siguiente ejemplo.
Las personas de 50 años que dejaron de priorizar una ingesta moderada para consumir más cantidad, es decir pasar de una a dos bebidas alcohólicas al día por ejemplo, sufrirán cambios asociados en el cerebro equivalentes a envejecer dos años y sus respectivas consecuencias en las funciones cerebrales.
Esta información no sustituye en ningún caso al diagnóstico o prescripción por parte de un médico. Es importante acudir a un especialista cuando se presenten síntomas en caso de enfermedad y nunca automedicarse.